¿Sabías que el e-commerce se ha venido duplicando cada cinco años en el mundo?

De hecho, solo en Chile creció de 300 millones de dólares en 2006 a 6.000 millones en 2019. Este incremento exponencial ocurrió antes de la pandemia de 2020, fenómeno que continúa acelerando la vida digital a nivel global.

Y si bien en algún momento la pandemia quedará atrás, sus efectos permanecerán, y la aceleración digital continuará aumentando.

Lo que estamos viviendo no es solo una era de transformaciones aceleradas … sino, como menciona nuestro fundador, Iván Vera, es un “cambio de era de la humanidad”.

Según Iván Vera, en los próximos cinco años, el mundo acentuará 8 características:

La vida y el trabajo adoptarán diversos formatos digitales: e-commerce; realidad virtual; inteligencia artificial; impresión 3D; etc.

Si tu oferta está en internet la podrán visualizar, conocer y comprar desde otras ciudades y países.

Si eres profesional independiente y prestas servicios a empresas e instituciones, podrás trabajar desde cualquier parte del mundo y moverte a gusto, ya que tus clientes estarán siempre en el mismo lugar: en Internet.

1. Nuevas y nuevos consumidores, ávidos de experiencias inéditas, son accesibles desde un celular. No es imprescindible estar, ni menos aún instalar una tienda física para llegar a los consumidores. Requeriremos menos capital para comenzar negocios digitales y ya no hay que vivir en las metrópolis para conectar con las personas que viven allí. La cancha se está aplanando.

2. Todo cambiará de manera vertiginosa. Lo realmente apreciado crecerá exponencialmente.

3. Venimos de la Era Industrial, un tiempo donde lo que se buscaba era la estandarización: La misma Coca-Cola o McDonald’s en todo el mundo. Pero a diferencia de entonces, hoy nos encaminamos hacia una inmensa y diversa oferta de productos y servicios personalizados. La oferta llegará desde cualquier ciudad y cultura.

4. Debemos entender los hábitos de micro segmentos de consumidores globales.

5. Nuestros paradigmas y hábitos de consumo seguirán cambiando a mayor velocidad, lo que genera incertidumbre. La competencia no será la misma. Como estamos profundizando nuestro acceso a ofertas globalizadas, esta podría venir desde lugares inesperados.

Incursionamos en una nueva era que en la que viviremos mayores amenazas, pero también más y mejores oportunidades.

Mujeres en la era digital.

Por su parte Fernanda Vicente, directora de Mujeres del Pacífico, señala que “hoy se impone un modelo con características más femeninas. Empezamos a hablar de un “nosotras”, de cadenas de valor y de colaboración. El camino y el resultado tienen la misma importancia, la creatividad y las personas están en el centro y lo relacional es la base de los vínculos».

Estos cambios nos mueven el piso y nuestra única certeza es que todo cambia.

En este contexto, ¿Cómo nos preparamos para trabajos que aún no existen, para usar tecnología que aún no se inventa y para resolver problemas que aún no sabemos que son problemas?

A todas nos dijeron que teníamos que adaptarnos al cambio, pero en esta era de aceleración y disrupción, adaptarse es llegar tarde.

La respuesta a este desafío es crear lo que viene. ¿Cómo?

Desarrollando aún más nuestras características femeninas. Estamos hablando de:

  • Empatía: es decir, la capacidad de sentir los dolores de los demás para generar mejores soluciones a sus problemas.
  • Intuición: para saber leer hacia dónde van los cambios.
  • Transmitir información rápida y relacionarnos con personas diversas, preferiblemente diferentes a nosotros, para obtener puntos de vista distintos.
  • Fortaleciendo «habilidades blandas» como la creatividad y abrazando la capacidad de aprender constantemente.
  • Generando lazos fuertes entre nosotras y entre comunidades diversas.
  • Llevar al máximo nuestra capacidad de realizar múltiples tareas.
  • Crecer e impactar, impulsando a otras personas en una cadena de ganar-ganar.

«Porque donde todos ven problemas, nosotras vemos soluciones», destaca Fernanda Vicente.

La mentalidad es la lente a través de la cual apreciamos el mundo. Es moldeable y trabajable.

Para que sea acorde al siglo XXI, tenemos que prestar atención a dos aspectos clave.

Uno: Las personas con las que pasamos el tiempo. Dicen que somos el promedio de las 10 personas con las que interactuamos habitualmente, nos construimos en base a las historias de otras. Es fundamental para liderar en el cambio, vincularnos con personas que piensen distinto, que vengan de mundos, disciplinas y orígenes geográficos y sociales diferentes.

Y dos: La información que consumimos. Las fuentes de información que privilegiamos, a quienes seguimos en redes sociales, los medios de comunicación que vemos, películas o documentales que preferimos y líderes de opinión que leemos, son insumos relevantes para modificar la manera de mirar el futuro. Son nuestros “susurradores”, los que nos hablan al oído, y a quienes les creemos.

Durante años hemos innovado para competir, y hoy emerge con urgencia la necesidad de innovar también para colaborar.

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¡Nos vemos!